Cuando el patrimonio local, en este caso paleontológico, va más allá de su reconocimiento científico y se convierte en un valor de identidad y cohesión social del pueblo que lo acoge, se ha alcanzado un hito importante.
La colección de fósiles marinos del Triásico hace medio siglo que se expone en el museo de Alcover, quizás no es la mejor del mundo, colecciones privadas o el mismo Museo de Geología del Seminario de Barcelona se muestran algunas réplicas, lo superan con creces. Ahora bien, para este museo local con las limitaciones que ello conlleva, que lo conozcan y la gente hable es todo un sueño. Aquel pequeño rincón de cultura, humilde, familiar, entrañable, es hoy motivo de orgullo del pueblo que se lo sienten suyo y lo han hecho crecer, y eso cala.
Os invitamos a hacer un primer aperitivo de esta preciada colección, con el recuerdo entrañable de Francisco, cantero jubilado de 82 años, quien nos explica cómo destapó con sus manos la pesada piedra con la huella de un gran pez fosilizado hace 240 millones de años.
El 50 aniversario del museo se quiere celebrar con su gente, recuperando historias y recuerdos, programando actividades con las entidades y asociaciones, buscando complicidades que sumarán una gran fiesta final, las bodas de oro del museo y su pueblo. Esta supervivencia en el tiempo esperamos que en un futuro acabe madurando y convirtiéndolo en un espacio cultural de referencia en la divulgación, promoción e investigación del Triásico en las montañas de Prades, en Cataluña y porque no en el resto del mundo.
Ester Magriñá
directora